Desde que llegó en 2021 al Atlético de Madrid parece que la relación de Rodrigo de Paul con la grada colchonera está en una ola. El argentino ha recibido pitos y ovaciones en sus partidos del Metropolitano y ahora parece estar mucho más cerca de los primeros que de los segundos. Y es que tras grandes actuaciones, por ejemplo, en el tramo final de la temporada 2021-2022, ha pasado a ser ese jugador que parece ausente sobre el verde.
Con una calidad que muy pocos tienen en el vestuario colchonero, en varios encuentros de la presente temporada se le ha echado en cara que ese toque de balón no lo acompañase de una actitud ganadora. Comenzó la campaña con unos minutos para olvidar ante el Villarreal que le obligaron a pedir perdón, en Lisboa fue sustituido en el descanso y días después perdió un balón clave en San Sebastián que le costó a su equipo el empate de la Real Sociedad. Todo ello le costó la titularidad contra el Leganés y para culminar un gris rendimiento, en el Benito Villamarín pudo hacer su peor partido con el Atlético.
Números para olvidar
En un fútbol en el que ganar los duelos directos es clave, Rodrigo de Paul no salió victorioso ni una sola vez durante el encuentro. Ni por arriba ni por abajo dio la talla un futbolista que llegó a perder 14 veces el esférico. No dio un solo pase acertado en zonas decisivas y tampoco realizó un solo disparo sobre la meta rival. Algo especialmente grave para un futbolista que destaca, en teoría, por su capacidad para ver espacios en los últimos metros y por su potente disparo desde media distancia.
Tres temporadas después de llegar al Metropolitano parece que De Paul no es capaz de ganarse a la afición del Atlético y tampoco despeja dudas respecto a su importancia en el vestuario. Así, con contrato hasta 2026, no hay duda de que el argentino está en una campaña clave para su futuro debido a que si no da un golpe encima de la mesa, podría terminar en el mercado.
Comentarios