Mallorca y Athletic enfocaron LaLiga al tiempo que en París se celebraba la Gala del Balón de Oro que premió con tan preciado galardón a Rodri. Nico, el único de los contendientes que estaba entre los nominados, seguro que fue de los que llamó a Rodri al término del encuentro. Eso sí, durante ese tránsito el pequeño de los Williams se puso en la tarea de ofrecer al Athletic esa victoria que le permitiese dormir en posiciones de Champions, con los mismos puntos que el Atlético. El objetivo era calcado al del Mallorca, que sin candidatos al oro entre su plantilla, sí podía presumir de estar en las mismas que el Athletic, pues llegaba al partido con los mismos puntos que los leones. Y con mejor racha, ya que había sumado tres victorias consecutivas.
La escaleta del partido reventó antes de la media hora con la expulsión de Samu Costa. El mallorquinista se fue a la calle por dos faltas sobre Ruiz de Galarreta. Fueron de esas faltas que se hacen sin mala idea, pero son faltas y son tarjetas. Samu se fue contrariado. Debería irse también aprendido porque un profesional debe medir lo que hace y cómo lo hace. La expulsión obligó a Arrasate a cambiar el guion de un encuentro del que retiró a Larin, que había metido miedo con Muriqui, para fortalecer al grupo con la entrada de Mascarell.
Los dos equipos agradecieron la llegada del descanso para aclarar los conceptos que reventaron con el adiós de Costa. Valverde tuvo que azuzar a los suyos para que su juego se pareciese a lo que se había trabajado durante la semana y Arrasate poner un punto de calma y algo de orden en un Mallorca que empezó lanzado y que más tarde se sintió desquiciado con la expulsión y la mayoría de la grada cantando a caro "manos arriba, esto es un atraco". El resumen de grandes acciones de la primera mitad lo componen el paradón de Agirrezabala a Muriqui nada más comenzar el encuentro y el gol anulado a Nico en el 44' tras pase de Iñaki...cuando la pelota ya había salido por la línea de fondo.
La noche no cambió demasiado y el partido siguió abotargado. El Mallorca vivía a latigazos, que era lo normal para un equipo que llevaba mucho tiempo en inferioridad numérica, y el Athletic tuvo más alegría a partir de los cambios, sobre todo con la entrada de Berenguer. Un par de buenas acciones del de Barañain contribuyeron al despertar de Nico y entre los dos a punto dan la victoria a los leones: el travesaño escupió un remate de Nico y el rechace lo cazó sin suerte Berenguer. Para poca fortuna, la de cinco minutos antes de Iñaki, que encontró el gol, aunque en fuera de juego.