El Barcelona de Hansi Flick se doctoró en el Santiago Bernabéu (0-4) con una exhibición digna de estudio para dar un contundente golpe sobre la mesa que el club blanco tardará en digerir... y que le sirve además para reforzar su liderato en LaLiga. "Queda muchísimo, pero este es el camino a seguir", lanzan desde el vestuario culé tras dinamitar el primer Clásico en dos minutos que sacudieron por completo el partido. "Estamos dolidos, es un momento duro y difícil", razona el club blanco.
Una presión ineficaz y que desgasta
"Cuando marcaron nos quitaron la energía. Ahí han tenido espacios con el 0-2, tuvimos que arriesgar con el uno contra uno atrás y nos han provocado varias ocasiones a la contra", explicó Ancelotti en rueda de prensa sobre una sensación que se palpaba en el estadio y que resume, de manera sencilla, lo ocurrido en la segunda parte. Sin embargo, esa energía de la que habla el italiano, que va más a la parte psicológica, se vio afectada también por la falta de piernas debido a una presión ineficaz y que desgasta. Acostumbrados a realizarla por impulso más que con un orden establecido, los jugadores blancos que más sacrificios hacen para llegar (Bellingham, Valverde y Camavinga) son los que más sufren al tener que realizar carreras de 30 metros para saltar al futbolista libre. Una acción que choca con la versión mostrada por el Barcelona, que seguía presionando con 0-3 en el marcador como si fuesen perdiendo. Una presión más coordinada y más trabajada que lograba encerrar al conjunto blanco cuando más les convenía.
"Hemos visto al Madrid muy cansado y hemos apretado", aseguró Lamine Yamal en zona mixta sin ninguna maldad... pero hurgando en una herida que tardará en cicatrizar. El orgullo blanco está tocado, que no hundido, y la frase tardará en olvidarse en el vestuario del Real Madrid tras pincharse el globo en una segunda parte en la que el eterno rival sacudió el Bernabéu.
Una línea bien tirada vale por dos
Innumerables veces intentó el Real Madrid meterse en el área del Barcelona buscando la espalda de su defensa. En la primera parte lo lograron con un éxito rotundo, pero la línea bien tirada por el eterno rival desactivó por completo un ataque blanco que acabó el partido con 12 fueras de juego (8 de ellos fueron de Mbappé). El mensaje era claro por parte de los de Carlo, que buscaron sin cesar la espalda de los defensas azulgranas con repetidos golpeos en largo aprovechando la velocidad de Mbappé y Vinicius.
Con Camavinga tirado a banda izquierda para realizar sobre Koundé un dos para uno junto a Vinicius, el 7 pudo disfrutar de más espacios por la inseguridad que provocaban los movimientos del francés en la toma de decisiones del lateral. Sin embargo, la inoperancia de cara a puerta y los constantes fueras de juego provocaron que el Madrid se fuese sin goles al descanso. Cubarsí e Iñigo Martínez se vieron superados en velocidad, pero estuvieron muy inteligentes, demostrando una sintonía total con Koundé y Balde, para tirar la línea en el momento preciso. En el caso contrario, la primera vez que lo intentó el equipo de Flick en el segundo tiempo acabaría en el 0-1 de Lewandowski tras quedar atrapado Mendy en el fuera de juego. "Es increíble tener los huevos de tener la línea defensiva así de alta", explicó Casadó sobre la decisión del entrenador alemán de mantener sus ideales a pesar de que el rival a batir era un equipo que cuenta en ataque con dos de los futbolistas más rápidos del planeta.
El plan de Hansi... frente al plan anti-Barça
"Cuando estábamos ganando al principio en la Liga se decía que eran rivales de media tabla, pero ahora hemos ganado a dos de los mejores equipos del mundo en una semana. Se ha demostrado tanto con el Bayern como con el Madrid que estamos preparados para todo", aseguró Lamine Yamal para dejar por el camino de vuelta a Barcelona un contundente recado tras la victoria. Mientras el Barça tenía el plan claro... el once del Real Madrid parecía fabricado para frenar las cualidades del rival más que para brillar con luz propia. Con Bellingham tirado a la derecha y casi martirizado en las labores defensivas, su físico se fue desvaneciendo mientras trataba de llegar también a zonas cercanas al área, donde disfrutaba la temporada pasada. Los blancos encomendaron su juego a Camavinga y Tchouaméni... cuando en sus botas tan sólo debería recaer el trabajo defensivo de la medular. No tanto por Eduardo, que con su físico sí es capaz de romper líneas con efectividad.
Estado de forma de las estrellas
Lewandowski, autor de los dos primeros tantos, y Lamine Yamal y Raphinha, que cerraron la goleada, personifican el estado actual de las estrellas del Barcelona. No son los únicos. Cubarsí, Casadó, Pedri y hasta Iñaki Peña, con el que se llegó a pensar que no estaría al nivel, están demostrando un potencial que invita a soñar con cosas grandes. El entrenador alemán les ha devuelto la confianza y la ilusión... y las ganas de disfrutar sobre el verde. Además, las infinitas posibilidades que ofrece el nuevo dibujo azulgrana hace que no queden encasillados en un juego que antes les hacía perder fuerza arriba. Ahora vuelan a la contra, son capaces de controlar el tempo del partido y disfrutan ahogando al rival con una presión arriesgada.
En el otro lado de la partida se encuentra Vinicius, a la espera de recoger su Balón de Oro, pero que no está tan bien acompañado. Ni por compañeros ni por ideas de juego. Los de Ancelotti siguen buscando su fútbol mientras esperan que Mbappé recupere el nivel con el que abusaba de los rivales con la camiseta del PSG. Erráticos en la definición y concediendo demasiado en defensa para facilitar a Lewandowski el trabajo. En dos minutos fue capaz de anotar un doblete tras aprovechar el error de Mendy al tirar la línea del fuera de juego y un centro en el que remató de cabeza completamente solo en medio de Militao y Rüdiger.
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